La fuerza de los neobancos también radica en el hecho de que los requisitos para convertirse en un cliente son más flexibles. Con casi la mitad de la población latinoamericana no bancarizada, según cifras del Banco Mundial, el potencial de la demanda de estos servicios es inmenso.
Por eso, este modelo es utilizado tanto por las entidades bancarias tradicionales, como por otras más modernas, que no necesariamente tienen una relación directa con aquellas. Entre las ventajas de este sistema, seguramente la flexibilidad y comodidad de la tecnología online es una de la más importante.
El cliente encuentra en este tipo de propuestas la posibilidad de contar con un servicio disponible los 365 días del año. A la comodidad debe sumarse la posibilidad de acceder a depósitos, pagos, cajas de ahorro y préstamos a la distancia, a un sólo clic de distancia.
En este sentido, los bajos costos transaccionales -ya que se basa en canales digitales- y la ausencia de sucursales físicas, son dos de sus principales características.
Por otro lado, Felaban destaca que dado que “este tipo de entidades no son propiamente entidades bancarias formales, los depósitos confiados a estas entidades no son sujetos a los seguros de depósito de muchos países, lo cual genera incertidumbre en lo relacionado con su seguridad ante eventos adversos”.
Sin embargo, algunos de estas empresas cuentan con el aval del Banco Central. Como el es del caso Wilobank o Rebanking en la Argentina.